Informe sobre la deuda desde una perspectiva del Sur: rasgos y retos
Las consecuencias económicas resultantes de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania han resultado en una continuación del aumento de la deuda a nivel mundial, con una mayor vulnerabilidad para las economías en desarrollo y emergentes como resultado. Este informe se centra en las regiones de Asia Meridional y Oriental (SEA), América Latina y el Caribe (ALC) y África Subsahariana (ASS). Traza los cambios significativos que han ocurrido en el tipo de deuda externa mantenida y el tipo de acreedores que brindan financiamiento a los soberanos en estas regiones.
Desde la crisis financiera mundial de 2009, la proporción de deuda pública y con garantía pública (PGP) ha crecido, en relación con otros tipos de deuda externa, a saber, la deuda del sector privado, en las tres regiones. Luego, el análisis muestra un cambio importante en la composición dentro de esta categoría de deuda PGP. En este caso, una característica común es que dicha refinanciación dirigida por el Estado, que solía proceder principalmente de acreedores oficiales, a través de préstamos bilaterales y multilaterales, ahora la proporcionan principalmente acreedores privados, en particular a través de bonos. Emitidos principalmente bajo los regímenes legales de los centros financieros globales, un aumento en el refinanciamiento de bonos para los Estados implica una mayor dependencia del capital internacional.
A la luz de la serie de shocks externos de los últimos años, el informe analiza diferentes desafíos fiscales y macroeconómicos para los países examinados. El acceso a financiamiento para consolidaciones fiscales más fluidas puede no estar disponible para muchos países. Se necesitarán reestructuraciones para reducir los superávits primarios que deben destinarse al servicio de la deuda, lo que obstaculiza la capacidad del Estado para recuperarse e invertir en desarrollo. Frente a los problemas estructurales de la arquitectura financiera internacional, un número creciente de naciones enfrentadas se están deslizando hacia condiciones presupuestarias cada vez más insostenibles, encaminadas a reestructuraciones de deuda «demasiado pequeñas y demasiado tarde».
¿Qué se debe hacer? El informe identifica una serie de objetivos de incidencia, en particular (1.) la adopción de metodologías sólidas de Análisis de Sostenibilidad de la Deuda (ASD), (2.) la provisión de más liquidez a las economías en desarrollo para posibilitar las neesarias políticas macroeconómicas expansivas. (3.) la aplicación de la comparabilidad de trato en el contexto del cambiante panorama de los acreedores. (4.) el establecimiento de un nuevo sentido común en torno a la transparencia de la deuda y (5.) la reactivación y redoblamiento de esfuerzos para el establecimiento de un marco multilateral para la reestructuración de la deuda. Si bien cada objetivo de incidencia individual no es suficiente para cambiar el asimétrico campo de juego en el que se desarrolla la actual ola de deuda, están diseñados para complementarse entre sí de una manera que genere un círculo virtuoso, impulsando la muy necesaria reforma estructural de la Arquitectura Financiera Internacional.