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INFORME SEMANAL 30 DE DICIEMBRE

EDITORIAL SV

Año nuevo, economía parecida. Ya desde principios de 2024, ante ciertos augurios que presagiaban una implosión financiera y política, desde SV se señalaba que el esquema macroeconómico tenía características de consistencia en el corto plazo, pero que el problema era su marcada regresividad. Los sucesos de 2024 mostraron tal dinámica, aunque el aguante de los sectores perjudicados por el ajuste fue inaudito. El gobierno terminó el año con más fortaleza política de aquella con la que lo comenzó.

Los datos analizados en este primer informe semanal del año 2025 muestran que ese esquema macroeconómico tuvo como objetivos centrales la reducción de la tasa de inflación y el pago de las deudas en moneda extranjera, quedando supeditada la acumulación de reservas.

La no recuperación del consumo interno fue funcional a los objetivos de reducción de la inflación y de alcance de saldos excedentes de divisas para el pago de las deudas en moneda extranjera.

Para el año 2025, volvemos a ver una situación de estabilidad sin desarrollo. Pero la estabilidad es popular. Es esperable una continuidad del sendero de reducción de la inflación junto a un crecimiento de la actividad económica, pero con un aumento muy leve en los índices que determinan el bienestar social, que no llega a redundar en progreso concreto, junto a una evolución de la estructura productiva que no augura transformaciones hacia un mayor dinamismo.

La acumulación de reservas genuinas (es decir, sin contar una posible inyección a partir de un eventual préstamo del FMI) volverá probablemente a quedar subordinada al resto de los objetivos. En el último informe de 2025 de SV, se adelantaba un escenario base para el nuevo año en el que se proyecta una capacidad plena de hacer frente a los vencimientos de deuda extranjera aún sin acceso al mercado internacional de crédito.