INFORME SEMANAL 30 DE JUNIO

EDITORIAL SV
La economía argentina continúa transitando un proceso de recuperación de la actividad económica, luego de la fuerte caída de la primera mitad del año 2024, combinado con un deterioro de la situación externa y una situación fiscal que, en ausencia de las fragilidades de las cuentas externas que amenazan la sostenibilidad de la recuperación, podría denominarse una consolidación fiscal afianzada.
La situación cambiaria va recibiendo atención creciente. Desde el Gobierno se ha dado el mensaje de que el déficit en cuenta corriente no es importante porque es una cuestión puramente de relaciones del sector privado. Esta afirmación amerita algo de análisis. Recordemos que
Cuenta corriente = – Cuenta capital + Variación de reservas internacionales
Para que la aseveración de que el resultado de la cuente corriente está puramente explicado por relaciones del sector privado sea verdadera, hace falta que se cumplan dos condiciones:
1) Que la variación de la deuda pública neta externa menos la variación de las reservas internacionales sea igual a cero. Es decir, que el Estado no empeore su posición externa neta para financiar el déficit de cuenta corriente
2) Que el tipo de cambio flote totalmente, que en este caso requeriría que no haya un anuncio de techo cambiario sostenido eventualmente con venta de reservas obtenidas a partir del endeudamiento público externo
Ninguna de esas dos condiciones se cumple. Por el contrario, las cifras publicadas por el BCRA muestran que las necesidades de financiamiento del déficit de cuenta corriente se está cubriendo con endeudamiento externo del sector público consolidado (gobierno más banco central). De hecho, contrario a lo que marca la narrativa oficial, la inversión directa de no residentes acumuló en el año un déficit de USD1.679 millones.
En mayo se amplió el déficit de la “cuenta de viajes y otros pagos con tarjeta”, acumulando en los primeros cinco meses del año un déficit de USD4.502 millones (cifra que casi triplica el valor de igual período de 2024 ). La dinámica de la cuenta corriente de la balanza de pagos que está experimentando la economía argentina amenaza a futuro la estabilidad cambiaria y el proceso de desinflación. No obstante, consideramos que este año el déficit proyectado de cuenta corriente, de 2% del PIB, puede ser financiado.