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INFORME SEMANAL 4 DE NOVIEMBRE

EDITORIAL SV

En un contexto político en el que las alternativas opositoras no llegan a despertar esperanza, el aguante social al ajuste de los ingresos ha sido más prolongado que lo que la mayor parte de la política suponía a principios de este año, implicando niveles de importaciones bajos que, junto a la mejora en la balanza comercial energética, ha incrementado fuertemente la capacidad de pago de las deudas públicas externas para 2025.

El blanqueo, que acentúa los incentivos al “negreo”, ha sido un éxito para los objetivos del gobiern de corto plazo, ya que ayudó simultáneamente (de forma directa o indirecta) a aumentar los depósitos en dólares en el sistema financiero, bajar la brecha cambiaria, y mejorar la situación fiscal en el año 2024. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos favorece a las posibilidades del Gobierno para la administraciónn económica, al facilitar posible financiamiento neto del FMI (aún si no hay forma de darle coherencia a mayor financiamiento del Fondo dada la misión y los objetivos que debería perseguir el organismo).

Este efecto de “seguro financiero” pesa más que el posible escenario de peores términos de intercambio y tasas de interés globales menos favorables que se presenta con el resultado de la elección.

Sin embargo, la propia evolución de la balanza comercial puede hacer que el Gobierno tenga menor apuro en cerrar un acuerdo con el FMI, ya que ese financiamiento se vuelve menos necesario en 2025 para hacer frente a pagos de deuda externa con otros acreedores que lo que se percibía hace algunos meses.

Del lado negativo en lo macrofinanciero, la prolongación del carry trade, que ayudó a bajar la brecha cambiaria, aumenta el riesgo del desarme de los controles cambiarios (cepo), ya que una reversión de esos flujos implicaría presiones sobre el tipo de cambio oficial en caso de que se saliese del cepo, lo que se transmite mucho más rápidamente y en mayor magnitud a la inflación que un aumento de la brecha cambiaria.

La baja de la tasa de política monetaria dispuesta por el BCRA la semana pasada ya se está transmitiendo a un menor costo de financiamiento para el Tesoro, y contribuye a disminuir el piso inflacionario