El último dato de actividad, del mes previo a la devaluación, confirmó un debilitamiento tanto en bienes como en servicios. La tasa de pobreza aumentó y acumula un millón de nuevos pobres en un año. La inestabilidad en los dólares financieros generó señales de alarma e impulsó al “dólar vaca muerta”, que puede tener consecuencias sobre el precio de los combustibles.
La devaluación impactó fuertemente en los productos importados, que mantienen una dinámica que se acerca a los dólares financieros. El oficialismo buscó retomar la iniciativa a través del proyecto de reforma del impuesto a las ganancias, que tuvo media sanción en el Congreso. La medida es regresiva y tiene un fuerte impacto en recursos, profundizando los desvíos del balance fiscal.
El dato de inflación de agosto y el arrastre a septiembre muestran un elevado traspaso a precios del salto en el dólar. La volatilidad desancla las expectativas y afecta los ingresos. Las medidas para amortiguar el impacto tienen un elevado costo fiscal, lo que en un contexto de ausencia de alternativas de financiamiento generará mayor emisión y, en estas condiciones, más inflación.
Frente a la dificultad de acumular reservas internacionales se lanza una nueva ronda de dólar soja, con un impacto acotado. La dinámica de la actividad, particularmente en la industria, registra tanto el efecto de la sequía como las dificultades crecientes en importar insumos. Los datos confirman la expansión de los ingresos reales hasta julio.
